Bittersweet

Agridulce.
Puede parecer trillado y hasta falto de originalidad, pero es increíble como la vida está llena de momentos así.

El domingo 24 festejamos el cumpleaños de 15 de Marina, mi prima más chica. No les miento, hacía 11 años que no iba a una de estas fiestas. La petisa en realidad cumplió años el 6 de enero, pero pobrecita si quería organizar algo para esa fecha.

El día no ayudó para nada. Un frío hermoso para andar vestida con sandalias y solero, porque convengamos que la ropa de fiesta para mujer no es de las más abrigadas que existen.El salón realmente era muy lindo, un servicio muy bueno.

Mi prima estaba preciosa, juro que cuando salió se me hizo un nudo en la garganta, ya no es más una nena y se nota... aunque ya sabemos todos como es la mentalidad adolescente ahora, pero bueno, no deja de ser mi primita.

Mis tíos estaban por supus super elegantes (a mi tía el color verde clarito le queda precioso, a pesar de su reticencia inicial). Mis primos son dos personajes!! El del medio, Luciano, parecía un capomafia: traje gris a rayas, camisa negra y corbata blanca, accesorizado con anteojos de sol, sólo le faltaba el chumbo. El más grande, Alejandro, decidió dejar de ser rubio y se tiñó de negro :S

Mi hermano estaba impecable... no porque sea mi hermano, pero así de traje, peinadito y perfumado... handsome indeed (no sé bien si está en el mercado, pero yo lo ofrezco... con su chica parece que ahora están en amigos o se tomaron un tiempo)
Chris estaba hecho un bombón. Traje negro, corbata azul con pintitas... muy sobrio y elegante. Lo mejor de todo es que se sentía cómodo con el traje.

Y yo... bueno, de solerito color uva con una estola de color crema. Además mi peluquero me hizo la iluminación en un color tipo ciruela, cosa que haga juego. Lástima que la humedad del día y el viento no ayudaron a mantener el peinado. Ni bien salí de la peluquería el domingo a la mañana, me agarró una ventolina atroz que me mandó el brushing al mismísimo demonio.

Estuvimos un poco tontos, nos olvidamos de llevar la máquina de fotos, pero bueno... antes de salir sacamos algunas.



El salón estaba bárbaro. La comida también (llegamos medio tarde para la recepción, pero por lo que llegamos a pescar fue super abundante)
Como esta rama de mi familia y todos los compañeros de mi prima viven en Villa Luro, el conductor de la fiesta se la pasó arengando por el barrio (y algunos todavía creen que Villa Luro es algún punto antes de Liniers)Los amigos de mis tíos fueron el grupito que aportó el descontrol y los chistes. Si hasta copaban la pista y no dejaban lugar para que bailen los pibes.

Ah! ya que Chris no baila, me dí el gusto de bailar un vals con mi hermano.

Lo único que empañó un poco toda la cosa fue que mi abuelo no pudo ir. Mis viejos tampoco fueron. A mi abuela la mandamos a la fuerza, un rato, pero a la tarde se fue.

El sábado a la mañana internaron a mi abuelo y estuvo en observación hasta el lunes. Sufrió un brote psicótico (alucinaciones, decía cualquier cosa, perdía la noción de la realidad)
Hace varios años ya que empezó con el síntoma característico de pérdida de la memoria, y bueno... estudio va, estudio viene, los médicos detectaron un tipo de demencia degenerativa. La más conocida es el Alzheimer, pero en el caso de mi abuelo de trata de otra, enfermedad de Pick creo que se llama, y lo que pasa es que los lóbulos frontales y temporales del cerebro están en retracción. Todo esto hace que además de la pérdida de memoria, de a poco se empiecen a perder las habilidades del lenguaje, la capacidad para reconocer objetos y personas y los movimientos hábiles. Sumado a los cambios en la personalidad y la conducta.

Mis viejos se encargaron de cuidarlo durante el fin de semana. Nadie quería arruinarle el cumpleaños a mi prima, así que en principio se decidió decirle que tenía que hacer reposo por la diabetes.
El lunes le dieron el alta y ya está en la casa, medicado con antipsicóticos y medio dopado.

Todos sabíamos que esto en algún momento iba a pasar, pero es como todo... uno sabe lo que va a pasar pero espera que pase más tarde, y en la medida de lo posible: nunca.